Tratamientos
- Ansiedad y estrés
- Miedos y fobias
- Autoestima e inseguridad
- Gestión emocional
- Dificultades relacionales
- Trastornos de conducta alimentaria
Metodología
EMDR
EMDR viene del inglés: «Eyes Movement Desensitization and Reprocessing». Su traducción sería «Desensibilización y reprocesamiento a través de movimientos oculares».
Se trata de una técnica psicológica novedosa e innovadora que interviene sobre los efectos negativos de los eventos traumáticos. ¿Qué entendemos por trauma? Es una herida psicológica que puede ser provocada por diversas situaciones como: Rechazos, rupturas, discusiones, enfermedades, muertes, abusos, desastres naturales, o accidentes.
Estas situaciones pueden bloquear nuestro sistema de procesamiento produciendo síntomas como: miedo, angustia, tristeza, dolor, baja autoestima, creencias negativas (de tipo: no valgo, soy tonto, estoy dañado para siempre, no puedo expresar mis emociones con seguridad), estos síntomas y creencias que se originaron en el momento (o los momentos) en el que se produjo el trauma pueden volver a experimentarse en el presente por medio de disparadores, que son situaciones que de manera consciente o inconsciente nos recuerdan el momento del trauma, dejándonos encerrados en un sufrimiento emocional y pudiendo llegar a provocar otras patologías como depresión.
La terapia EMDR se basa en la estimulación bilateral del cerebro para el reprocesamiento de los eventos traumáticos, bien sea mediante movimientos oculares (de lado a lado y guiados por el terapeuta), toques (el terapeuta golpeará suavemente las manos o los hombros del paciente alternando derecha e izquierda) o sonidos (el paciente irá escuchando sonidos alternos en cada oído).
Mediante esta técnica se reprocesan los eventos traumáticos, aprendiendo lo que nos es útil y desechando lo que no lo es, de esta forma “digerimos” la información de lo ocurrido y eliminamos el sufrimiento.
Terapia cognitivo-conductual
El objetivo de la terapia cognitivo conductual es identificar y modificar patrones comportamentales, de pensamiento y creencias disfuncionales, teniendo en cuenta:
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La conducta (entendida como la acción realizada).
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La cognición (o pensamiento).
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La emoción que surge al tiempo que se produce un determinado comportamiento.
Es imprescindible entender la manera en que cada paciente procesa la información para lograr comprender sus patrones de conducta y adaptar el tratamiento a sus necesidades individuales.